El romance de Carlos Prado con la música se inició muy temprano, pero es a partir de los quince años que empieza a perfilarse como artista de proyección y realiza sus primeras presentaciones en Andahuaylas con artistas de la localidad y figuras consagradas. Su pasión por la música hizo que el año 1994 viajara a Bolivia, país oriundo de Los Kjarkas, uno de los grupos latinoamericanos emblemáticos que desde niño ha admirado y que luego como adolescente, a los 17 años, los conociera de manera particular.
Quatro anos de trabalho duro!Neste mês de maio fizemos quatro anos no ar. Continuamos trabalhando na divulgação deste maravilhoso instrumento, obrigado por participar da nossa história!