La voz de Rebekka Bakken llenaba el hogar familiar situado en un pueblo de Noruega cercano a Oslo. Siempre la oyeron cantar, desde que era una niña. Ella misma cuenta que “cuando bajaba al sótano lo hacía cantando, tenía tanto miedo que pensaba que cantando los fantasmas no me tocarían”. Pese a esa natural predisposición, su decisión de dedicarse a cantar profesionalmente la tomó no hace mucho. Antes sólo lo había hecho porque le divertía y porque el entorno le era propicio.
¡Cuatro años de duro trabajo!Este mes de mayo cumplimos cuatro años al aire. Seguimos trabajando en la difusión de este maravilloso instrumento, ¡gracias por participar en nuestra historia!