Para algunos sabios de la antigüedad el Monocordio era el instrumento de Dios, quien tensaba o destensaba su única cuerda para armonizar al Universo, volverlo agudo o grave, o cambiarlo de tono. Bajo esa idea todo lo que existe alrededor de nosotros, y nosotros mismos, es música, música que se condensa o se disipa, que flota en el aire, invisible, aguardando pacientemente encontrar un receptor. Tal vez cada uno de nosotros es una especie de monocordio;
Four years of hard work!This month of May we celebrated four years on the air. We continue working on the dissemination of this wonderful instrument, thank you for participating in our story!